Las bayas

Las bayas

Primeramente, se denomina bayas, berries en su traducción al inglés a los arándanos, moras, frambuesas, entre otras, son una gracia salvadora. Su principal poder proviene de sus antioxidantes, los milagrosos combatientes de radicales libres.

Segundo, los antioxidantes significan vida, mientras que la oxidación significa muerte. Necesitamos estos antioxidantes para combatir el proceso de envejecimiento (oxidación) y para mantenernos vivas frente a las amenazas a nuestra salud. Las bayas transmiten su valor con sus profundos púrpuras, azules y negros, que provienen de los polifenoles conocidos como antocianinas (incluida la malvidina) y antocianidinas. También, son ricas en dimetil resveratrol y docenas de otros fitoquímicos, aminoácidos, coenzimas y co-compuestos que aún no han sido descubiertos por la ciencia y son mas abundantes y bio-disponibles en las bayas que en cualquier otro alimento.

«Que el alimento sea tu medicina» Hipócrates

Por otro lado, son una excelente fuente de hierro, magnesio, selenio, zinc, molibdeno, potasio, cromo y calcio, las bayas también tienen trazas de ácidos grasos omega-3, omega-6 y omega-9. Además, tienen compuestos ocultos que evitan que el exceso de adrenalina cause daño a los órganos. Esto hace que las moras, arándanos, frambuesas, fresas, bayas de saúco, bayas de schisandra y similares sean fundamentales para la vida en la tierra. Las bayas silvestres, en especial, contienen un golpe anti-envejecimiento, que combate las enfermedades y da vida.

Tip:

Siempre que sea posible, elige arándanos silvestres congelados en lugar de arándanos frescos. Hacerlo parte de tu hábito, le brindarás a tu cuerpo las mayores posibilidades de recuperación y curación.

Por una parte, las bayas son un verdadero alimento para el cerebro. No solo mejoran la vitamina B12; tienen el poder de revertir las manchas en el cerebro. Por ejemplo, lesiones, áreas grises, calcificaciones, depósitos de metales pesados, manchas blancas, tejido cicatricial, cristalizaciones y adherencias creadas por vasos sanguíneos dilatados y dañados. De tal modo, para protegerse contra ciertas condiciones cerebrales, incluido el cáncer de cerebro, ELA, Alzheimer, demencia, Parkinson, accidente cerebrovascular, aneurisma y migrañas; incorporar bayas a tu dieta. Para cualquier enfermedad con síntomas neurológicos, las bayas son la respuesta.

Qué mas saber sobre las bayas

Por otra parte, cuando pienses en la salud del corazón, piensa en las bayas. Nada se compara con la forma en que las bayas protegen las válvulas cardíacas y los ventrículos. Así, eliminan la placa al disolver los depósitos de grasa endurecidos dentro de las venas y arterias.

Por último, no podemos ignorar lo que significan las bayas para la fertilidad. En un futuro próximo, la investigación científica descubrirá un grupo de compuestos que promueven específicamente la fertilidad. Estos compuestos a favor, que se derivan de una única variedad de polifenol, son responsables de la capacidad del sistema reproductivo de la mujer para mantener un equilibrio constante. De modo que no se produzca la «batería baja» detrás de tantos casos de infertilidad misteriosa. Las bayas realmente son una respuesta para el futuro de la humanidad.

Condiciones:

Si tienes alguna de las siguientes condiciones, incorpora bayas a tu vida:

Cáncer de cerebro; tumores cerebrales benignos; esclerosis lateral amiotrófica (ELA); accidente cerebrovascular; aneurisma; migrañas; enfermedad de Parkinson; enfermedad de Alzheimer; demencia; trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH); autismo; encefalitis; epilepsia; enfermedad de Huntington; narcolepsia, osteomielitis; Tourette; parálisis cerebral; esclerosis múltiple (EM); aterosclerosis; enfermedad cardíaca; taquicardia; cáncer de ovario; fibrilación auricular; cáncer de próstata; síndrome de ovario poliquístico (SOP); cáncer de útero; infertilidad misteriosa; endometriosis; enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) ); insomnio; depresión; ansiedad, trastorno de estrés postraumático (PTSD), batería baja del sistema reproductivo; trastorno obsesivo compulsivo (TOC); acné; fatiga suprarrenal; enfermedades y trastornos de la tiroides; fibromialgia; síndrome de fatiga crónica (SFC); peso en aumento; infecciones de la vejiga; fibromas, hipoglucemia; diabetes; Lyme; infección viral; eczema; psoriasis; adenomas; edema; nódulos tiroideos.

Síntomas:

Si tienes alguna de los siguientes síntomas, incorpora bayas a tu vida:

Colesterol alto; quistes en los ovarios; engrosamiento del útero; útero, ovarios y/o trompas de Falopio inflamados; menstruación irregular; desequilibrios hormonales; dolor de oído; dolor de mandíbula; Sofocos; palpitaciones del corazón; fatiga; hormigueo sensaciones de zumbido o vibración en el cuerpo; entumecimiento; ojos borrosos; problemas para tragar; dolores de cabeza; deficiencias minerales; calambres y espasmos; dolor de pecho; opresión en el pecho; mareo; ataques de pánico; fobias malestar; languidez; zumbidos en los oídos; lesiones cerebrales; lesiones espinales; dolor de cuello; desequilibrios de azúcar en sangre; fatiga; niebla del cerebro; hígado lento; daño al nervio de mielina; calcificaciones; cicatriz; crecimiento excesivo de Candida; adherencias cerebrales; dolor de espalda; dolor de rodilla; mala circulación; hinchazón; inflamación del cerebro.

Soporte emocional:

Para aquellas que se sienten distraídas, inseguras, desenfocadas, confundidas, confusas, desordenadas, borrosas, a la deriva, mareadas, confundidas o con demasiada frecuencia desconcertadas, las bayas tienen poderes únicos para ofrecer alivio. Estos estados del ser son tanto conscientes como subconscientes, físicos y metafísicos: condiciones de la mente y el alma. ¡Consume bayas!

Lección espiritual:

Primero; Si buscas la abundancia, conviértete en una estudiosa de ellas. Desde finales de la primavera hasta finales del otoño, nunca hay una brecha de frutos rojos: a medida que un campo de fresas se desvanece, las moras luego, comienzan a crecer. Se trata de reponer, de no entrar en pánico cuando una fuente se seca, porque hay más joyas a la vuelta de la esquina.
Segundo; Las bayas son desinteresadas. No las encontrarás en lo alto, fuera de tu alcance. Más bien, crecen cerca del suelo, donde son accesibles para todas las variedades de animales, desde osos, ciervos hasta humanos, ardillas y pájaros, ratones de campo, conejos e incluso caracoles.
Tercero; Se trata de compartir, de proporcionar lo suficiente para todos. Cuando traemos bayas a nuestras vidas, su amabilidad y generosidad se convierte en parte de nosotras, de modo que nos convertimos en proveedoras en el ciclo de abundancia, no solo receptoras.

Consejos:

-Comer tus bayas favoritas poco después del amanecer aumentará tu energía y vitalidad a lo largo del día.
-Consumir puñados entre comidas, puede aumentar la frecuencia del cuerpo para llevarte a un estado más positivo y pacífico.
-Recoger bayas de una granja orgánica, de su propio jardín o de una fuente silvestre en la naturaleza, y luego comerlas sin lavar, permitirá que sus niveles elevados de bióticos restauren las bacterias beneficiosas que tanto se necesitan en el intestino, volviendo a permitir la capacidad del cuerpo de auto-producir las variedades de coenzimas de la vitamina B12.
-La recolección de bayas también es una técnica de puesta a tierra inigualable. Arrancar arándanos de un arbusto o frambuesas de una caña espinosa, concentrarse en seleccionar solo los maduros y no pincharse, te obliga a estar presente.

Además,

-Para obtener el prebiótico más poderoso posible y nutrir todas las bacterias beneficiosas y otros microorganismos en el intestino, agrega miel cruda a un bowl de bayas.
-Comer bayas en un día soleado aumenta la fuerza suprarrenal y ayuda a equilibrar el azúcar en sangre.
-Comer bayas en un día nublado aumenta la limpieza del hígado y ayuda a romper la lentitud.
-Invita a un amig@ a compartir un gran bowl de bayas. Te sorprenderás de cómo las heridas emocionales comienzan a levantarse y aclararse para amb@s a medida que la conversación se vuelve placenteramente sagrada, profunda, curativa y, al final, feliz.

Fuentes:

– Medical Medium – Anthony William
-Institute for Integrative Nutrition